De la Historia


Hace 17 años, un campesino arando la tierra en el Departamento del Valle del Cauca en Colombia encontró en la finca Malagana una pequeña pieza de oro, que sería el comienzo de uno de los hallazgos más importantes de la historia reciente y que se ha considerado comparable a las tumbas de Tutankhamun. Esta cultura que floreció durante los primeros tres siglos de la era cristiana por sus artefactos de oro y cerámica es reconocida como una cultura matriarcal muy distinta de las otras culturas pre colombinas de la región donde predominaban las figuras antropomorfas y de guerreros.

De las Viviendas


El destino tenía previsto que en ese mismo sitio 2.000 años más tarde, se desarrollaría una eco-aldea donde las mujeres mandan y cuyos principios rectores son la ética del cuidado, la economía del regalo, la solidaridad, la ayuda mutua y el cuidado del medio ambiente. Allí 80 mujeres cabeza de familia han construido 80 viviendas productivas con sus propias manos. Las casas fueron financiadas con los subsidios del gobierno colombiano para el sector rural, los fondos de contrapartida de la Alcaldía de Palmira y la Gobernación del Valle del Cauca, la donación del lote por parte de una persona del sector privado y la mano de obra no calificada de las mujeres que se capacitaron en construcción a través del Sena. Estas viviendas se obtuvieron sin costo monetario alguno. Las casas fueron construidas en paneles hechos con escombros, y con el ladrillos ecológicos. Una de las fuentes de ingresos es la recolección de residuos sólidos, su transformación y reutilización. También cuenta la eco-aldea con un restaurante donde se sirven los mejores platos valle-caucanos.

De los Primeros Años


El proyecto surgió como una respuesta a la necesidad sentida de las mujeres de poder tener una vivienda digna y productiva seguridad alimentaria, lejos de la violencia tugurial de las grandes urbes. Muchas habían sido desplazadas por la violencia y tenían vocación agrícola por lo tanto se adaptaron fácilmente al cultivo de la tierra. Se escogió el nombre de Nashira, por una constelación que estaría allí permanente, una luz rectora que nunca se extinguiría.

De la Estructura


Para lograr un ingreso desde la eco-aldea, las mujeres se dividieron en núcleos productivos de 8 familias cada una cuya meta es poder obtener el equivalente a un salario mínimo por familia mensual desde la eco-aldea y así acabar con el rebusque. Igualmente las casas tienen un segundo piso donde se hospedan visitantes que vienen a conocer el proyecto y que también generan un ingreso a las familias. La eco-aldea está dirigida por una junta directiva de mujeres donde están representados todos los núcleos y 6 comités operativos. Gracias a convenios con Universidades la comunidad se beneficia de la asesoría permanente de estudiantes de psicología. La niñez es particularmente importante para Nashira, además de asistir a la escuela pública de la localidad tienen clases de idiomas, de artesanías y de salsa por reconocidas profesionales de la región.

De los Reconocimientos


El proyecto se hizo acreedor a un premio de un Hábitat para construir el parque de juego de los niños y las zonas comunes, incluyendo la fuente de la pasha mama, el castillo de las mil variedades, el Agora y el mariposario . También cuenta Nashira con un baño seco y compostero, cuyas paredes fueron construidas con botellas de agua llenas de arena apisonada, recogidas en las marchas por la paz en Colombia.

También tiene un restaurante solar con una parabólica que alcanza una temperatura suficiente para hacer frituras y un horno solar en el que se puede hacer pasteles y asados. El restaurante solar ofrece comidas a los visitantes a buenos precios.

Dentro de la eco-aldea circula las Nashiras las moneda propia de la ecoaldea, una forma de retornar al sistema del trueque. La eco-aldea de mujeres Nashira pro Mejor calidad de Vida es una de la 20 mejores prácticas escogidas por Colciencias y Maloka para conformar la publicación del PNUD “IDEASS Colombia, Un mundo de ideas por conocer". En el 2013 se hizo acreedora al Premio Internacional de UN Hábitat Dubai como una mejor práctica.